Canciones que debieron ganar el Óscar: «Down to Earth», de Peter Gabriel

Hay veces que el éxito de una película hace que todo el mundo hable de ella, que encabece los noticiarios y los periódicos, y que las colas de gente en los cines se hagan exageradamente largas. Ese éxito puede provocar que una determinada película arrase en los Oscars, llevándose  premios que quizá no merece, porque hay un candidato mejor en ese mismo apartado. Esto ocurre frecuentemente con las canciones, aunque también puede pasar que una composición se alce como ganadora por el prestigio de su autor, de quien la canta, o por una tendencia, como ocurrió en los noventa con las películas Disney. El caso es que en ocasiones se quedan en la cuneta canciones excepcionales, que uno no se cansaría nunca de escuchar, y que posiblemente (esto depende mucho de gustos) sea mejor que la que finalmente resultó ganadora. En este especial hablaré de estas canciones, todo desde mi personal e intransferible gusto musical, desde luego, muy discutible, estoy seguro.

Nominaciones para los Oscars

Ya tenemos aquí la lista de candidatos para llevarse la codiciada estatuilla de Hollywood. La discusión sobre el valor real (cinematográfico) que tiene este premio da para una entrada independiente, o más bien un monográfico, pero aquí nos vamos a limitar a comentar los nominados de este año. Para lo otro siempre puede haber tiempo.

Lo que más destaca en principio es que la película con un mayor número de candidaturas (11) es Hugo, la película dirigida por Martin Scorsese, que además se lleva una nominación como director. Otra más, aunque solo ha ganado uno, por Infiltrados ( The Departed, 2006). También hay que decir que la mayor parte de los Oscars a los que opta Hugo son técnicos, algo que tampoco está falto de mérito, ni mucho menos.

Megaupload y el cine

Hace unos días nos sorprendía la noticia de que Megaupload había cerrado, y de que sus responsables habían sido llevados ante la justicia. Se le ha dado fin de esta forma a un tremendo negocio que implicaba a cincuenta millones de personas. Cualquiera que tuviera un mínimo contacto con Internet había oído hablar de esta página; hay centenares de sitios con enlaces, programas para facilitar las descargas, etc.  Megaupload, y sus filiales como Megavideo, revolucionaron Internet y al mismo tiempo hicieron inmensamente ricos a unos pocos, que se comportaron entonces de forma excéntrica enseñando lo que podían hacer con sus millones a todo aquel que quisiera verlo.

«Sherlock Holmes: juego de sombras», las divertidas aventuras de Supersherlock.

Hace algo más de dos años, cuando se estrenó Sherlock Holmes, pensé que la osadía de la industria americana había ido demasiado lejos, tomando el nombre de uno de los personajes más míticos de la literatura, y convirtiéndolo en un pastiche de acción, efectos especiales y estética de videoclip. Además, visto el tráiler y las noticias que nos llegaban, consideraba que el reparto no podía ser más desacertado: no veía a Robert Downey Jr. como Holmes en absoluto, ni a Jude Law como Watson. Pero cuando la vi me llevé una agradable sorpresa. Cierto que se habían cargado a los personajes, pero la película no era tan horrorosa; la ambientación y la música (ese Hans Zimmer) eran excelentes, y Guy Ritchie estaba comedido, para lo que es él. Además, los actores sacaban el producto adelante con brío y seguridad. Solo me quedó una certeza: a los guionistas de hoy en día les falta tanto, que no son capaces de montar un misterio digno del personaje. Aunque quizás la culpa haya que echársela a los productores.

¿Qué pasa con el cine español?

Esa es la gran pregunta de los aficionados al cine en nuestro país. Hay quien lo defiende a capa y espada, y hay quien lo odia. El cine español de hoy en día se empeña en alejarse lo más posible del americano, y busca una identidad propia. Puede que sea una política correcta, pero no parece que haya encontrado ese carácter propio que busca, se alimenta de un puñado de directores que han demostrado tener talento, pero ese grupo no hace una cinematografía. De hecho, la mayoría de las producciones que salen a la luz se alejan bastante de la obra de estos privilegiados. 

Próximos estrenos: «Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres», de David Fincher

Esta semana llega a las carteleras españolas uno de esos ejemplos de por qué Hollywood a veces se cree que hasta que no ha hecho una adaptación de algo, ese algo no se puede considerar importante. Millenium es una trilogía de novelas suecas que han sido Best- Seller en todo el mundo. Su autor, Stieg Larsson, solo llegó a vislumbrar de forma breve el tremendo éxito de sus libros, puesto que murió de un infarto cuando acababa de entregar el tercer libro, y hacía poco que se había publicado el primero, lo cual llevó a una gran pelea entre su familia y su pareja por las montañas de dinero que dejaban las ventas de las novelas, pero ese es otro tema…El caso es que cuando se confirmó que la primera obra del escritor sueco estaba ganando toneladas de dinero, un ávido productor nórdico compró los derechos e hizo que se rodaran tres películas basadas en las novelas. Pero eso no fue suficiente, Hollywood no podía estar al margen de ese fenómeno, y entonces surgieron Columbia Pictures, Scott Rudin y Metro Goldwin Mayer para rehacer el proyecto al estilo norteamericano, con David Fincher como abanderado.

Próximos estrenos: «Caballo de batalla», de Steven Spielberg

Acabamos de comenzar el año, como quien dice. Estamos todavía con la resaca de la noche de fin de año, y aún se nos repite el roscón de reyes, y ya tenemos encima el primer estreno esperado del año. Dentro de pocos días, el día 1o de febrero, se estrenará en nuestras pantallas Caballo de batalla (War Horse), de Steven Spilerberg, cuyo trailer en español podéis ver arriba. Se trata de una vuelta al cine serio, del director nacido en Cincinatti. Es una historia de fidelidad, de amistad y de guerra, con la Primera Guerra Mundial como telón de fondo.

«No tengas miedo a la oscuridad», el quiero y no puedo del cine de terror

Está claro que no es fácil hacer una buena película de terror.  Para ello, no solo hay que provocar dos o tres sustos, sino crear una verdadera ambientación que ponga los pelos de punta, lo que se suele denominar «mal rollo». Por ello se buscan movimientos de cámara más pausados y un ritmo algo más lento para provocar suspense e incertidumbre, pero eso no es suficiente. Para producir ese ambiente malsano, el director debe tener las cosas muy claras, saber lo que quiere provocar en el espectador y dominar los resortes psicológicos que hacen que una persona esté atemorizada durante todo el metraje.  Y, por desgracia, todo esto es cada vez más raro. Todo se resume en los mismos tópicos de siempre, en situaciones mil veces repetidas y en un uso de la música y el sonido excesivo.

Y eso ocurre con la película que nos ocupa, una cinta producida por Guillermo del Toro, un director que me ha provocado más decepciones que alegrías, que aquí deja esa labor a un tal Troy Nixey, un debutante en largometrajes. No tengas miedo a la oscuridad explora, como su título indica, el miedo ancestral a la oscuridad y a las criaturas que pueda albergar. Un tema que apenas se ha tratado en el cine, solo en unas…cien ocasiones, más o menos. Ah, sí, también hay un niño (niña en este caso) raro, un matrimonio roto y un hombre que intenta rehacer su vida con una mujer más joven. Elementos nuevos, sin duda. También hay una escena en una bañera, varias en un sótano misterioso, y todo se desarrolla en…¡Tachán, una casa rehabilitada del siglo XIX! ¡Qué dechado de originalidad!