«La vida secreta de Walter Mitty», vitalismo exacerbado

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El cine, como toda representación artística, es un reflejo de nuestra sociedad, y es indudable que nos encontramos en un periodo de crisis, no solo económica, sino también de valores, de creencias y de ánimo. En este contexto, proliferan las obras en las que se anima a la gente a afrontar la vida, por muchos reveses que esta nos haya dado: hay programas de radio que animan a buscar la paz interior para, a partir de ahí, iniciar un cambio de vida; tenemos una gran cantidad de libros auto-ayuda, y, por supuesto, en el cine y la televisión tenemos muchos ejemplos de personajes que viven un viaje iniciático (literal o metafórico), o algún tipo de prueba con la que superarse, y demostrar que se es capaz de cualquier cosa. La vida secreta de Walter Mitty (The secret life of Walter Mitty, Ben Stiller, 2013) pertenece a este tipo de obras, pero con una singularidad: como película es un valor muy reivindicable y, además, consigue lo que se propone, lo cual es todo un logro. Sigue leyendo