Ayer saltó la liebre: se ha anunciado que Disney va a comprar la compañía creada por George Lucas por la módica cantidad de 4.050 millones de dólares, de los cuales pagará la mitad en efectivo. Esto supondrá que el tito Lucas dejará de tener control directo sobre la empresa que él mismo fundó antes de ser mundialmente conocido (lo hizo para producir THX 1138, en 1971), y que le ha permitido poder vivir toda su vida sin ningún problema económico, y no solo él, sino también sus hijos y sus nietos. El propio Lucas ha justificado su decisión, y ha dicho que siempre pensó que Star Wars podía continuar sin él, y que ya era hora de dejar la idea a nuevos cineastas. Es curiosa esta actitud en alguien que ha mostrado siempre tanto celo con su producto, incluso llegando a negar el universo que, con su permiso previo, habían creado las novelas o los cómics. Pero el dinero es el dinero; eso, y el hecho de que ya no se sentía capaz de seguir explotando su franquicia sin que los fans se le echaran al cuello.
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