Stephen Daldry se caracteriza por ser un excelente director de actores. Saca lo mejor de ellos mismos, hace que vivan el papel, hasta tal punto que siempre ha conseguido una nominación al Óscar para alguno de sus actores. Parecía, por lo tanto, el director ideal para llevar a la pantalla la adaptación de una novela de Jonathan Safran Foer que contaba la aventura de un niño hacia la madurez tras el fallecimiento de su padre en las Torres Gemelas. El reparto de la película es excelente: Tom Hanks, Sandra Bullock, Max Von Sydow, Viola Davis y el niño Tom Horn. Pero a pesar de todo, de los actores, del director, de la historia, el resultado está lejos de lo que podría haber sido. ¿La razón? Esta vez se ha intentado manipular los sentimientos del espectador de la manera más directa y, en ocasiones, insoportable. Sigue leyendo
Todocineblog 